Preludio
Recuerdo la primera vez que lo escuché...
Fue el día después de una noche melancólica en la calle de Chopin, con Ashkenazy al oído, cuando las cuatro paredes de mi habitación contenían sólo mi aliento...
Y mientras mi amor había permanecido en adagio sostenuto, dejé a un lado mi paz andantina y amanecí triste, pero mejor dicho, era una 'extraña alegría'; como un estado de sensibilidad extraordinaria, sólo que al no encontrar palabra mejor que le definiera, la que más se le acercó fue la tristeza. La dicha de Mozart no cabía, de hecho, su escondida y profunda nostalgia dolía a cada instante.
Recurrí al demonio de Paganini, el adagio del Concierto para Violín No.6 me llevaba cual Caronte al Hades, por la laguna Estigia. Entonces ocurrió. Apareció Rachmaninov...
Como si mi alma fuera una delicada película de letras, imágenes y recuerdos impresos; cada nota se adhería de manera que al desprenderse, se llevaba de mi un pequeño fragmento de nada, dejando a mi espíritu incompleto, sólo hasta que las notas volvieran a estar en el mismo lugar. Así de cautivador es Rachmaninov. Es como tomar té de árnica todos los días, con la pequeña dosis de arsénico contenido, aliviando el dolor mientras te mata poco a poco.
No es que uno muera, es sólo que a veces para asimilar tanta grandeza se necesita estar en otro plano, en otro mundo, en otra vida, en otro estado de conciencia, de sensibilidad. Como hago con Mozart, también con Rachmaninov sujeto mi corazón al escuchar sus composiciones, pues este late tan fuerte que temo que un día se escape de la existencia.
La pieza a la que me refiero es el Preludio en Si menor Op.32 No.10. Si Mozart es un milagro, Rachmaninov es una bendición. No siempre se puede aludir al sentimiento que guardaba un compositor durante la creación de alguna de sus obras, pero mucho muestra de sí. La música de Mozart muestra ese espíritu alegre que mantenía todos los días, pero su profunda melancolía resuena a cada instante. Rachmaninov es nostalgia pura.
El Opus 32 se compone de 13 preludios, largos y complejos, con una intensidad inconfundiblemente rusa: en su orgullo y protesta, su añoranza nostálgica y sus sueños idílicos. Fueron concebidas en 1910.
A esta etapa del compositor, conocido como 'Periodo Ruso', se deben las más increíbles composiciones. Tan sólo por mencionar alguna de sus obras, además de los 13 preludios, el Op.33 le correspondió a la primera serie de los Etudes-Tableaux, la segunda sonata para piano y las Canciones Op.34. La última de estas canciones se conoce como Vocalise, ya que es una 'canción sin palabras', y que por su belleza ha sido objeto de numerosos arreglos para diversas combinaciones musicales.
No había tenido oportunidad de encontar juntos a los 24 preludios de Rachmaninov: los 10 preludios Op.23, los 13 preludios Op.32 y el conocido preludio en Do sostenido menor, Op.3 Nº2. que forma parte de los Cinq Morceaux de Fantasie (Cinco piezas de fantasía). Por fortuna, la casa disquera de la firma DECCA en su colección Double DECCA los reunió junto con la sonata para Piano No.2 en la impecable interpretación de Vladimir Ashkenazy. Es una recomendación que extiendo a todo melómano apasionado.
Fue el día después de una noche melancólica en la calle de Chopin, con Ashkenazy al oído, cuando las cuatro paredes de mi habitación contenían sólo mi aliento...
Y mientras mi amor había permanecido en adagio sostenuto, dejé a un lado mi paz andantina y amanecí triste, pero mejor dicho, era una 'extraña alegría'; como un estado de sensibilidad extraordinaria, sólo que al no encontrar palabra mejor que le definiera, la que más se le acercó fue la tristeza. La dicha de Mozart no cabía, de hecho, su escondida y profunda nostalgia dolía a cada instante.
Recurrí al demonio de Paganini, el adagio del Concierto para Violín No.6 me llevaba cual Caronte al Hades, por la laguna Estigia. Entonces ocurrió. Apareció Rachmaninov...
Como si mi alma fuera una delicada película de letras, imágenes y recuerdos impresos; cada nota se adhería de manera que al desprenderse, se llevaba de mi un pequeño fragmento de nada, dejando a mi espíritu incompleto, sólo hasta que las notas volvieran a estar en el mismo lugar. Así de cautivador es Rachmaninov. Es como tomar té de árnica todos los días, con la pequeña dosis de arsénico contenido, aliviando el dolor mientras te mata poco a poco.
No es que uno muera, es sólo que a veces para asimilar tanta grandeza se necesita estar en otro plano, en otro mundo, en otra vida, en otro estado de conciencia, de sensibilidad. Como hago con Mozart, también con Rachmaninov sujeto mi corazón al escuchar sus composiciones, pues este late tan fuerte que temo que un día se escape de la existencia.
La pieza a la que me refiero es el Preludio en Si menor Op.32 No.10. Si Mozart es un milagro, Rachmaninov es una bendición. No siempre se puede aludir al sentimiento que guardaba un compositor durante la creación de alguna de sus obras, pero mucho muestra de sí. La música de Mozart muestra ese espíritu alegre que mantenía todos los días, pero su profunda melancolía resuena a cada instante. Rachmaninov es nostalgia pura.
" In my own compositions, no conscious effort has been made to be original, or Romantic or Nationalistic, or anything else. I write down on paper the music I hear within me, as naturally as possible...
What I try to do, when writing down my music, is to make it say simply and directly that which is in my heart when I am composing."(S.V.R.)
El Opus 32 se compone de 13 preludios, largos y complejos, con una intensidad inconfundiblemente rusa: en su orgullo y protesta, su añoranza nostálgica y sus sueños idílicos. Fueron concebidas en 1910.
A esta etapa del compositor, conocido como 'Periodo Ruso', se deben las más increíbles composiciones. Tan sólo por mencionar alguna de sus obras, además de los 13 preludios, el Op.33 le correspondió a la primera serie de los Etudes-Tableaux, la segunda sonata para piano y las Canciones Op.34. La última de estas canciones se conoce como Vocalise, ya que es una 'canción sin palabras', y que por su belleza ha sido objeto de numerosos arreglos para diversas combinaciones musicales.
No había tenido oportunidad de encontar juntos a los 24 preludios de Rachmaninov: los 10 preludios Op.23, los 13 preludios Op.32 y el conocido preludio en Do sostenido menor, Op.3 Nº2. que forma parte de los Cinq Morceaux de Fantasie (Cinco piezas de fantasía). Por fortuna, la casa disquera de la firma DECCA en su colección Double DECCA los reunió junto con la sonata para Piano No.2 en la impecable interpretación de Vladimir Ashkenazy. Es una recomendación que extiendo a todo melómano apasionado.
"Music is enough for a lifetime;
but a lifetime is never enough for music."(S.V.R.)
© Diana Carolina
15 comment(s):
HELLOOOO!!! Rachmaninoff!!! Me encanta el Concierto No 3 y Las Campanas de San Petesburgo...
Diana, una vez mas gracias por la informacion, es impresionante lo que se aprende leyendo lo que escribes..muchos saludos hasta Guadalajara...
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Raquel, at
19 September, 2005 23:40
Hola Raquel!!!
Siii! Rachmaninov es imprescindible!! Para mí, el mejor de los románticos, o uno de los mejores por no hacer menos a otros grandes.
El concierto No.3 sin duda también es mi favorito, y la sinfonía coral de Las Campanas Op.35 es increíble. No cuento con la grabación pero sí he tenido el agrado de escuchar la obra completa. Será mi próxima adquisición, he dicho.
También será buen tema de post hablar sobre esta obra. Rachmaninov tenía una fascinación, por así decir, sobre los aspectos humanos de vida y muerte; y aquí expresa diversas etapas de la existencia humana, a través de la metáfora del sonido de las campanas.
Se le relaciona mucho con su poema sinfónico La Isla de Los Muertos Op.29, del cual escribí algo tiempo atrás, pues Las Campanas tienen un final más esperanzador y nos invita a plantear en conjunto, una visión post-muerte.
Saludos Raquelita y un fuerte abrazo!!
=D
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Diana Carolina, at
20 September, 2005 08:41
Ya te contaremos de Venecia, Diana.
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Lino Coria, at
21 September, 2005 14:23
Caray Diana, que elegante y disringuida manera de expresar los sentimientos.
Rachmaninov es excelente, estoy de acuerdo, y de lo poco que he escuchado también coincido de que el concierto No.3 es excepcional.
Tus recomendaciones son muy importantes para mi cuando voy a la tienda de discos, que no es lo seguido que yo quisiera.
Un abrazo.
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LiCoCi, at
21 September, 2005 22:09
Por cierto vocalise lo tengo en arreglo para chelo, no recuerdo en este momento quién es el ejecutante, pero es simplemente para quedar extasiado.
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LiCoCi, at
21 September, 2005 22:17
POr cierto otro Opus 35 bellísimo es el de Chaikovski, ¿no crees Diana?
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LiCoCi, at
22 September, 2005 21:50
Saludos Lino y Don Lino!
Gracias por su visita a mi blog.
Además de que me cuenten cómo les fue en Italia, espero ver fotos, muchas fotos =) .
Qué le digo, Don Lino; a mí también me gustaría ir más seguido a la tienda de discos y poder incrementar mi discoteca. Me consuelo con las palabras de Rachmaninov mismo: "La música es suficiente para toda una vida, pero toda una vida no es suficiente para la música". Así sé que nunca estaría completa en adquirir más y más obras... =P
Me imagino que ese arreglo que tiene de Vocalise ha de ser increíble, de por sí que el cello es de una nostalgia muy especial.
No recuerdo bien ese preludio que me menciona, pero ya me lo antojó. Si hablamos de sensibilidad, nostalgia y apasionamiento, Tchaikovsky se pinta sólo y de qué forma!
Un fuerte abrazo don Lino, y ya que estamos en viernes, le deseo muy buen fin de semana, ojalá pueda ir a visitar esas tiendas que tienen lo que tanto nos gusta...
Música!!!
=D
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Diana Carolina, at
23 September, 2005 08:49
Der Kommentar wurde von einem Blog-Administrator entfernt.
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Diana Carolina, at
23 September, 2005 08:49
Vere que puedo hacer para conseguirlo la siguiente visita al mega HMV (antes Virgin records, snif)...
Muchos saludos, Diana!
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Mario, at
23 September, 2005 19:43
Hola Mario!
Sí, ya recuerdo qué pasó con los Virgin records...
Ojalá que sí puedas conseguir el CD que menciono.
Saludos y un fuerte abrazo, Mozartiano!
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Diana Carolina, at
26 September, 2005 10:42
Hola Diana, fui el otro día al Mixup a buscar el disco del post, pero no lo encontré; en Morelia ningunean (en el mixup de Morelia, claro) el servicio en la sal de clásica y jazz y está muy mal surtido y peor atendido.
Sin embargo me encontré unas grabaciones bellísimas de las sonatas para piano y violín de Beethoven, con Yehudi Menuhin y Wilhelm Kempf y a mi me han fascinado. Son una colección de 2 CD y están remasterizadas; la calidad del sonido me parece buena y el precio se me hizo una ganga, los dos paquetes (son 2CD en cada paquete) me salieron en menos de trescientos pesos. No se tu opinión de los intérpretes, pero a mi Menuhim me parec genial y Kempf, sin ser yo por supuesto conocedor, entiendo que era, ¿o es?, excelente.
Saludos para ty y para Antonio.
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LiCoCi, at
01 Oktober, 2005 21:21
Excelente Don Lino!
Tiene usted a dos virtuosos de la mano con Beethoven!
Tengo una idea clara y precisa del increíble material que en estos momentos posee. =D
Sobre el servicio, qué le diré, ya casi hay menos personas con disponibilidad e intención por el mismo. Afortunadamente, hay excepciones, suerte que nos toque una ;)
Veré la forma de compartirle los preludios, estoy segura que le gustarán mucho; nada más, no se lo diga a nadie... jeje.
Un fuerte abrazo, Don Lino, Saludos para usted y su familia.
=)
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Diana Carolina, at
03 Oktober, 2005 08:41
Diana, muchas gracias por el enlace, una grata sorpresa. Es un placer conocerte.
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Magda Díaz Morales, at
03 Oktober, 2005 10:51
Magda! Qué agradeces, al contrario, es un placer compartir tu blog y recibir tu visita.
Nos estamos leyendo, saludos.
By
Diana Carolina, at
03 Oktober, 2005 16:01
Que alegría haber leído tus palabras, hasta me emocionaste. Gracias.
Te dejo un link de Rach a ver qué te parece :)
http://www.castpost.com/Lib/playm2.php?filename=track_01.mp3&url=http://path.castpost.com/
saludos!
By
adagietto, at
17 Januar, 2007 23:30
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