Eine kleine Nachtmusik

Donnerstag, Juni 16, 2005

Requiem aeternam...

Qué más puedo decir que no se haya dicho ya, sobre el KV 626 de la obra de Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart. Es bien sabido que todo un misterio gira en torno al origen de esta composición: Desde la aparición en escena de un desconocido y tétrico personaje, hasta un Amadeus trastornado y sin fuerza, que resignadamente trata de culminar a perfección lo que sería su última obra...

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Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart


En el verano de 1791 en Viena, Mozart recibe el encargo para una Misa Réquiem por parte de un personaje cuyo nombre entonces no podía ser revelado. Un mal presagio se posesionó de Wolfgang, impresionándolo negativamente.

Hoy en día sabemos que la identidad de este 'tétrico' hombre misterioso, es la del abogado Antón Leutbeg quien era vecino y consejero del Conde Franz Walsegg von Struppach, un joven excéntrico de 28 años que tenía el hábito de comisionar obras a músicos Vieneses, copiarlas de su puño y letra y luego decir que eran suyas. Walsegg comisionó el Réquiem a razón del fallecimiento de su esposa, en Febrero de ese mismo año (1791). El estreno de la obra se llevó a cabo como el "Réquiem compuesto por el Conde Walsegg", en el Wiener Neustadt, un 14 de Diciembre de 1793.

En la vida real el papel del personaje que fuera Antonio Salieri no era entonces el que se mostró en la afamada y reconocida película de 'Amadeus'; en la que se 'pinta' a un malévolo Salieri, que cegado por la envidia, es causante de la muerte del mismo Mozart.

En el transcurso de la composición del Réquiem, la salud de Mozart se iba minando poco a poco, a grado de que comenzaba a creer que había sido envenado. Según estudios realizados a los restos que se pudieron rescatar de su cuerpo; que como recordaremos, no fueron depositados en un lugar especial sino en la fosa común; se cree que la causa más convincente de su muerte se debió a una fuerte intoxicación por consumo de carne de cerdo. A todo esto le podemos agregar el padecimiento de fiebre reumática y otros posibles, como producto de su inmoderado y excesivo ritmo de vida.

El 20 de Noviembre cayó en cama, logrando terminar hasta la Lacrimosa, pero sólo los 8 primeros compases de esta, muriendo hacia la una de la madrugada del 5 de diciembre.

Aún me conmueve aquella leyenda que refiere a las últimas horas de Mozart en su habitación, postrado en su lecho, agonizante. Repasaba con ciertos solistas las partes terminadas y daba indicaciones a su pupilo Franz Xavier Süssmayer para el término de las partes restantes (se sabe que esto es poco probable; Süssmayer no era un buen alumno de Mozart y esta afirmación la hizo Constanze –viuda de Mozart- casi 10 años después. Además, Süssmayer nunca fue la primera elección de Constanze para terminar el Réquiem, de hecho fue la última, por lo que su presencia junto al lecho de muerte de Mozart resulta dudosa, y más el que haya recibido instrucciones de éste). Cuando llegaron a los primeros compases (ocho) de la Lacrimosa, Mozart comenzó a llorar amarga e inconsolablemente, dejando las partituras a un lado, para finalmente abandonarse a la espera de la muerte.

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Facsímil del Requiem, KV626


El Réquiem KV 626 está escrito para cuatro solistas: soprano, contralto, tenor y bajo; coro y orquesta, específicamente: 2 cornos di basseto, 2 fagotes, 2 trompetas, 3 trombones, órgano, timbales y cuerdas: violines (I y II), violas, cellos y contrabajos.

El texto está escrito en Latín y la completa estructura de la obra se comprende como sigue:
I. INTROITUS - Requiem aeternam

II. KYRIE

III. SECUENTIA
-Dies Irae
- Tuba Mirum
- Rex Tremendae
- Recordare
- Confutatis
- * Lacrimosa
IV. OFFERTORIUM
- Domine Jesu Christe
- Hostias

V. SANCTUS
VI. BENEDICTUS

VII. AGNUS DEI

VIII. COMMUNIO - Lux aeterna


He dejado señalada la Lacrimosa para indicar, como había comentado antes, hasta donde comprende la participación de Mozart en la obra.

Tal vez el hecho de que esta parte sea la única íntegramente compuesta por él, tenga algo que ver con la sensación de concentración, de resumen y esencia de toda la obra; que desde su inicio con cuerdas y alientos respirando a través de un cuerpo agonizante, nos traslada a un limbo palpitante, lleno de claroscuros sobrenaturales; con el temor de que el corazón no resista a tanta grandeza...

9 comment(s):

Wow!
No sabía lo del conde Walsegg. Sabía que no había sido Salieri, eso sí...Me gustó mucho tu post, porque como te digo, soy un gran Fan de Mozart...Del Requiem, la verdad se nota el cambio...Todo antes de la lacrimosa es la onda, alcanzando su máximo, desde mi punto de vista, con el confutatis!

Excelente post!

By Blogger Mario, at 16 Juni, 2005 18:48  

Así es, Mario. El detalle es que yo sabía del Conde pero desconocía el hecho de que este hubiera enviado a su consejero, el abogado Antón Leutbeg. Este dato fue una aportación de Antonio (Darth Laplace).

Como te decía, hay mucha controversia en torno a esta obra y aunque era mi interés hablar un poco más de ello, me di cuenta de que sería mejor no entrar en tanto detalle técnico y demás.

El Réquiem es lo que es hoy y hay que disfrutarlo como muchas otras obras, y como Antonio dice siempre: "Yo mejor cito a Beethoven: 'El que escribió el Réquiem, era un genio!' "

Saludos =)

By Blogger Diana Carolina, at 17 Juni, 2005 10:26  

Qué linda Diana que me das crédito por lo de Leutbeg, pero estoy seguro que eventualmente lo hubieses descubierto sola.

La controversia respecto al Réquiem es muy interesante. Te sugiero que trates de explicarla en detalles 'no tan técnicos'. He tratado de hacer eso con el post de los criptogramas musicales en mi blog, pero para la segunda parte se ha vuelto un poco complicado. Explícala para que no nos quedemos con las ganas.

By Blogger Antonio Bricio-Hernández, at 17 Juni, 2005 13:51  

Si, si explicanos el Requiem con todo y detalles técnicos =)...Nomas por eso que dijo Beethoven ya me cae bien!

By Blogger Mario, at 17 Juni, 2005 16:39  

Hola Diana como todos tus posts, interesantísimo Sobretodo para los amantes de esta bellísima y especial obra. Cuando se acerca el dia de muertos suelo ponerme a escuchar esta bella obra, junto con el Requiem de Fauré y el Requien Alemán (supongo que así se traduce) de Brahms, el cual también se me hace excelente.
Fíjate que respecto al papel de Antonio Salieri, en el chisme respecto a la muerte de Mozart, a mi siempre se me ha hecho injusto que le hayan cargado esa versión que robustese la película Amadeus. Hace unos años vi un artículo en el periódico, que hablaba de un estudio hecho por médicos ingleses que encontraron un problema renal como la más probable causa de la muerte de Mozart, lo cual exonera de una vez por todas a Salieri de esa injusta invención.
Pobre Salieri, a mi me gusta mucho su concierto para oboe y orquesta y nadie lo conoce, me refiero al público no tan conocedor como tu y Antonio,por sus méritos musicales que indudablemente tuvo. Su mayor desgracia fue haber sido contemporaneo de genio del tamaño de Mozart.
Perdón por extenderme,pero el tema es apasionante. Un abrazo.

By Blogger LiCoCi, at 18 Juni, 2005 16:32  

Hace poco me reuní con el director del coro de la Universidad Panamericana y tuvo la amabilidad de explicarme por qué no se tocó el Réquiem en la misa de JPII. Resulta que desde el concilio vaticano II cambió la estructura del Réquiem, quitando al Dies Irae tal y como se hizo hace siglos de la misa ordinaria, como dice Diana en su post del Dies Irae.

Yo recordaba que ésto lo hizo Paulo VI... el caso es que por eso no se tocó un Réquiem decente en la misa de JPII.

Me parece un un verdadero pecado que solo por esta pequeñez la iglesia católica actual no considere al Réquiem de Mozart como 'Oficial'

By Blogger Antonio Bricio-Hernández, at 18 Juni, 2005 17:13  

Hola!

Al hilo del interesante asunto de los Requiem y el Dies Irae me he acordado de que el hermosísimo Requiem de Maurice Duruflé (1947) tampoco tiene Dies Irae. Recuerdo que una vez oí explicar la razón de esa ausencia: el de Duruflé no es un requiem para los que se van, sino para confortar a los que se quedan. Por eso prescinde del Dies Irae y a cambio incide en el sereno y esperanzador In Paradisum.
Me pareció un matiz precioso.

Saludos

By Blogger emejota, at 19 Juni, 2005 09:25  

Diana, este post estuvo soberbio, siguele asi...

By Blogger Raquel, at 19 Juni, 2005 11:36  

Estimados todos!
Gracias por sus comentarios, es lo que motiva a seguirse informando para compartir con ustedes y retroalimentarse con sus palabras.
=)

Mario, ya pronto hablaré más del Réquiem. En breve estoy preparando una reseña del concierto que ayer Antonio y yo escuchamos de Rachmaninov. Anticipo en decirles que fue un momento muy emotivo, sublime e increíble, además de que la interpretación del solista me pareció excelente!

Estoy de acuerdo con Don Lino. Respecto al personaje de Salieri, ocurre el peligro de que la gente que no va más allá de lo que ve y lo que oye, se quede con una idea errónea de lo que sucede en la realidad. Salieri quiso darle un toque novelesco a su vida cuando en su locura dijo haber sido el causante de la muerte de Mozart, pero creo que no midió las consecuencias.

Emejota, bienvenido al blog! He leído tus aportaciones al blog de Antonio y me resultan muy interesantes. El Dies Irae en su momento durante muchos siglos para el hombre medieval, representó ese constante martilleo de la Iglesia, sobre el hecho de la muerte y el rígido juicio final. Referente a los Réquiem, concuerdo contigo en que 'ahora' se busque más con ellos dar paz a los que nos quedamos.

Gracias por tus comentarios Raquel, muchos saludos!

Guten Tag!

By Blogger Diana Carolina, at 20 Juni, 2005 11:31  

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